lunes, 20 de agosto de 2012

La voz del silencio...

...
Quisiera estar un poco a solas
con los sueños que perdí

y cobran vida a muchas cosas
que olvidadas ya creí
y es siempre tu voz
que llega de la ausencia
envuelta en el silencio
a refugiarse dentro de mis venas

En la voz del silencio
encuentro nuevamente
el ansia loca de buscarte
ilusionado y de morir
en la ternura de tu amor
en la ternura de tu amor
en la ternura de tu amor


Poema dedicado a Federico García Lorca

LA LUNA
 
Ya nadie mira a la luna,
la luna ya no es de nadie;
ya no la cubren de besos,
ya no la bañan con sangre.

Ni ya le escriben poemas,
ni ya le clavan puñales;
ya no hay tragedias de amores,
ya no hay amor, no hay amantes.

Ya pasa sola la luna,
ya pasa sola, sin nadie;
ya no amontona secretos
ni alumbra sueños, como antes.

¿Adónde fuisteis, poetas,
adónde fuisteis, amantes,
que la dejásteis sin versos,
que sin amor la dejásteis?

Ya no es de nadie, ni es luna,
la luna que ahora nos sale;
porque es un círculo sólo,
y sólo un círculo errante.

Sólo un castillo arrumbado,
sólo un recuerdo distante;
sólo una historia en un libro,
sólo una estatua en un parque.

La luna no será luna
sin corazones que amen;
sin pensamientos que vuelen
y sin poetas que canten.

Y es esa luna, lunero,
la misma luna, no obstante,
que tú metiste en los versos
porque era tuya una parte

Pero los hombres son otros
y otras las cosas que valen;
y otros los ojos que miran
y otras las formas de amarse.

La luna no será luna,
porque la luna es mirarse:
asesinar con los ojos
hasta el dolor de la sangre.


Mariano Estrada
Del libro El cielo se hizo de amor.

Leyenda...

Cuenta una leyenda que, cuando el Sol y la Luna fueron creados, se amaban con una pasión y profundidad inconmensurables, sin medida, intensamente. Eran dos amantes libres, el ardiente fuego dorado de uno sobre la fría calidez plateada del otro…



Cuando el Gran Dios decidió que habían de separarse, el Sol para iluminar el cielo de día, la Luna para alumbrarlo suavemente de noche, sus corazones, sus almas, parecieron partirse en dos. Estaban condenados a permanecer separados por siempre, tratando de alcanzarse y nunca lográndolo, en una danza infinita, dolorosa.

El Sol trató de ser fuerte, de fingir estar bien, y lo consiguió, destellando fuerte, muy fuerte, en el firmamento.
La Luna, sin embargo, no podía soportar la tristeza de estar sin su amado, y melancólicamente brillaba en el cielo.

El Gran Dios, compadeciéndose de ella, le obsequió con millones de estrellas, pequeños pedazos de luz que trataban de acompañarla, de consolarla. Pero la Luna añoraba el fulgor ardiente del Sol, su piel cálida y dorada, y la fría palidez de las estrellas la afligía aún más.
Se sabía sola, condenada a permanecer eternamente buscando a su amor, sin poder alcanzarlo jamás, apenas vislumbrándolo en la distancia.

El Gran Dios volvió a compadecerse de aquellos a los que había separado, y decidió concederles unos instantes de felicidad, con los que habrían de sobrevivir por siempre: los eclipses. Entonces, cuando la Luna desaparece, escondida, cuando el Sol se cubre de su nívea piel, pueden vivir de nuevo, libres, amados, felices, por unos gloriosos momentos, hasta volver a separarse, a romperse, dolorosamente, en dos de nuevo. Esperando, anhelando el momento en que puedan volver a ser uno, juntos, libres, amados.....

Promesas...

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Tened cuidado cuando prometáis la luna a alguien, porque puede que no se la podáis dar. Y es que, ¿os habéis preguntado alguna vez si la luna tiene dueño?, pues salid de dudas.
Ese satélite que tanto afecta a los licántropos y a algún lunático, y que hace que suban las mareas parece que no puede tener dueño, pero eso no es exactamente así, de hecho no es un solo dueño el que ha reclamado su suelo, sino tres.


sex

En 1954, un abogado chileno de gran astucia y amante del espacio llamado Jenaro Gajardo Vera,  fundó la “Sociedad Telescópica Interplanetaria”, con la finalidad de crear un protocolo de bienvenida en el caso de que algún día tuviéramos una visita extraterrestre, pero su máxima aspiración era ingresar en un selecto club llamado “Talca”, donde solo entraba gente de una profesión notable y era requisito tener alguna propiedad, algo que limitaba a Jenaro, que no poseía ninguna.



Pero su ingenio hizo que una noche contemplando la luna tuviera una idea brillante y reclamara el satélite en propiedad. Para ello se presentó ante el Conservador de Bienes Raíces de Talca, en Chile el 25 de septiembre de 1954, y le dijo que quería registrar una propiedad que era de sus antepasados desde 1857 y que estaba sin reclamar. El notario no daba crédito a lo que oía, pero tras consultar las leyes vigentes, no le quedó más remedio que hacer legal aquel trámite, ya que legalmente la luna no tenía dueño y aquel trámite clasificaba un terreno sin dominio.


ferrari

El documento que presentó  decía textualmente lo siguiente:
Jenaro Gajardo Vera, abogado, es dueño, desde antes del año 1857, uniendo su posesión a la de sus antecesores, del astro, satélite único de la Tierra, de un diámetro de 3.475.00 kilómetros, denominada LUNA, y cuyos deslindes por ser esferoidal son: Norte, Sur, Oriente y Poniente, espacio sideral. Fija su domicilio en calle 1 oriente 1270 y su estado civil es soltero.
Jenaro Gajardo Vera
Carné 1.487.45-K Ñuñoa
Talca, 25 de Septiembre de 1954.

Tras pagar una suma considerable en trámites burocráticos, Jenaro recibió las escrituras de la luna que le acreditaban como propietario, con lo cual vio pudo cumplir su sueño y acceder como miembro al club Talca.
 


La prensa se hizo eco de la noticia, y varios inspectores trataron de subsanar ese error haciendo a Jenaro desistir de su propiedad al solicitar un impuesto proporcional al tamaño de su propiedad, pero Jenaro era más astuto y  les dijo que pagaría, pero que antes, y según la ley, debían  realizar las medidas exactas de su propiedad para poder tasarla correctamente, y ante la imposibilidad de medirla, los inspectores desistieron.
Pero Jenaro era un hombre altruista, y en su testamento legó la luna a la humanidad, aunque circula un rumor en el que se asegura que el propio presidente Nixon le pidió permiso en 1969 para que aterrizara en la luna el Apolo XI. Jenaro falleció en 1998.
Tras el caso Jenaro, y para evitar apropiaciones de este tipo,la ONUcreo en 1967 el Tratado del Espacio Ultraterrestre , firmado por 90 países, que prohíbe registrar como propio o comprar objetos más allá dela Tierra, y por ello ningún gobierno o nación puede apropiarse de satélites, planetas, etc.



Pero un avispado empresario llamado Dennis Hope, encontró un vacío legal y decidió reclamar de nuevo la luna al no ser él ningún gobierno ni nación, sino solicitarlo como bien privado, y a pesar de estar en varios litigios, este empresario vende parcelas en la luna desde su empresa “Lunar Embassy” al “módico” precio de 20 dólares los4.000 metroscuadrados.
 Esto podría parecer un timo, y de hecho legalmente lo es, pero hasta el momento han comprado parcelas en nuestro satélite la friolera de 2.500.000 personas, entre ellas actores de Hollywood e incluso expresidentes de USA, y han recaudado más de 50 millones de dólares en un negocio tan redondo como el cuerpo celeste que vende. De hecho, Hope ha decidido ampliar el negocio y ya vende parcelas en Marte y Mercurio, además con el visto bueno del congreso de los Estados Unidos, la oficina de registros de San Francisco,la ONUy Rusia, a los que Hope envió cartas legales como dueño de la luna que no han sido contestadas, con lo cual, del silencio administrativo, Hope ha sacado beneficio y también reclamó el resto de planetas de nuestro sistema solar y sus respectivos satélites.


A este negocio oscuro se le acerca en beneficios el de las empresas que ponen tu nombre a una estrella, eso si, después de una considerable suma de dinero.
Y a estos dos personajes que nos han quitado nuestra luna, se ha unido recientemente otro que alega ser dueño por derecho histórico y esta en litigio con la empresa de Hope por vender lo que el considera su propiedad. El hombre es un alemán llamado Martin Juergens, y alega ser el propietario real dela Luna, por haber sido esta concedida en propiedad a sus ancestros por parte del monarca germano del siglo XVIII Federico El Grande. De ser esto verdad, Juergens ganaría el pleito con Hope, pero desgraciadamente afirma que los documentos que lo pueden confirmar se perdieron con los años. 



Así que ya sabéis, y no regaléis en un arranque de pasión lo que no es vuestro...



La Luna

... es el único satélite natural de la Tierra. Es el astro más cercano (la distancia media entre el centro de la Tierra y la Luna es de 384.400 km) y el mejor conocido. Su diámetro es de menos de un tercio del terrestre (3.476 km), su superficie es una decimocuarta parte (37.700.000 km²), y su volumen alrededor de una quincuagésima parte (21.860.000 km³).  

luna

Origen de la Luna: 

Las tres teorias mas importantes sobre el origen de la luna:
  1. Era un astro independiente que, al pasar cerca de la Tierra, quedó capturado en órbita.
  2. La Tierra y la Luna nacieron de la misma masa de materia que giraba alrededor del Sol.
  3. La luna surgió de una especie de "hinchazón" de la Tierra que se desprendió por la fuerza centrífuga.


Curiosidades sobre la Luna:
  • El término selenita, de origen griego, es el supuesto gentilicio de este satélite. Proviene del nombre "Selene", diosa asociada a la Luna. 
  • La palabra inglesa para mes, month, proviene de moonth, una forma sajona primitiva para lunación (siendo la palabra moon, ‘Luna’ en inglés), debido al primitivo uso de un calendario lunar en la cultura sajona. De forma similar, el nombre neerlandés de la Luna es maan, y la palabra neerlandesa para "mes" es maand. 
  • En castellano el segundo día de la semana, «lunes», tiene su raíz en el «día de la Luna» (Lunae dies, en latín). Esto se puede ver también en el idioma inglés, en que monday viene de moon day, en italiano —Lunedi— y en francés donde se llama Lundi. (Ver semana.) 
  • En el idioma turco, la palabra Ay (mes) también significa luna. El origen de esta coincidencia es el hecho de que el musulmán es un calendario lunar. 
  • En los idiomas chino y japonés las palabras 'luna' y 'mes' se escriben con el mismo carácter: 月 (lo que se conoce como kanji en japonés o hanzi en chino), debido a que ambas culturas emplean calendarios lunares. 
  • Los kiliwa creen que la Luna es una potencia masculina. Según su propia mitología, el dios de la Luna Meltí ?ipá jalá (u) fue el creador de todo el universo. 
  • Una de las etimologías más comunes sobre el origen de la palabra México dice que significa: "Lugar en el centro de la luna" o más precisamente: "En el lago de la luna". 
  • La montaña más alta de la Luna es casi tan alta como la montaña más alta de la Tierra. Aquí el Everest tiene casi 9 kilómetros de alto. Allá, en la Luna, el monte Leibnitz se levanta a 8,200 metros sobre la desértica superficie de nuestra romántica Luna.
  • En la Luna son mucho más frecuentes los terremotos que en la Tierra. Más frecuentes y más fuertes. Además, con demasiada frecuencia caen meteoritos de tamaño considerable. Los terremotos, allá suceden en una especie de ciclos muy abundantes. De 8 a 10 por día. Grandes sacudidas donde afortunadamente no hay nadie para contarlo. 
  • Ha llegando más gente a la Luna que a las profundidades de los océanos. 
  • En la Luna no hay viento ni sonido.
  • Sin traje espacial en la Luna, la sangre hierve intsantáneamente.
  • En la Luna es imposible silbar. 
  • La última persona que pisó la Luna lo hizo en 1972.
  • La superficie de la Luna es más pequeña que Asia.
  • Cada año la Luna se aleja de la Tierra 3.8 centímetros.

      

    Literatura: La puerta de la luna

     

    Pocas cosas existen tan cargadas de magia como las pala bras de un cuento. Ese cuento breve, lleno de sugerencias, dueño de un extraño poder que arrebata y pone alas hacia mundos donde no existen ni el suelo ni el cielo. Los cuentos representan uno de los aspectos más inolvidables e intensos de la primera infancia. Todos los niños del mundo han escuchado cuentos. Ese cuento que no debe escribirse y lleva de voz en voz paisajes y figuras, movidos más por la imaginación del oyente que por la palabra del narrador.
    Este libro es una recopilación de todos los cuentos escritos por Matute, una autora precoz y prolífica que escribió su primer relato a los cinco años, y su primera novela a los 17.

  
 Música: El toro y la luna



La Luna en la pintura


Noche estrellada, Vicent Van Gogh


En este cuadro combina dos de los elementos que más le apasionaban durante esta época de su vida: los cipreses y las estrellas. Van Gogh ya había pintado varios nocturnos, con deslumbrantes estrellas. Los cipreses, aunque ya habían aparecido en algunos cuadros (por ejemplo en El puente de Langlois) le empezaron a obsesionar durante su estancia en Saint-Rémy.


La composición de este cuadro está marcada por la presencia de los cipreses, que se alzan como dos llamas negras sobre un cielo estrellado con la luna en cuarto menguante al fondo. La línea del horizonte está baja, dando el protagonismo al cielo. La presencia imponente de los cipreses a la izquierda queda equilibrada por la de la luna, a la derecha.
La pincelada de Vincent en esta etapa seguía siendo pastosa y alargada, pero ya había evolucionado hacia grandes espirales y remolinos, que intensificaban la sensación de dramatismo en sus obras. Hay un contraste entre la verticalidad de los cipreses y la horizontalidad predominante en el cielo estrellado. Interpretaciones aparte, los cipreses cumplen la función de dotar al cielo estrellado de su verdadera profundidad y dimensión.
Se ha comentado que esta obra quizá se refiera al episodio bíblico del Génesis (37,10) en el que José tiene un sueño con once estrellas, el sol y la luna (en el cuadro ambos parecen unidos). Un investigador español (José Navarro) ha demostrado que la constelación que aparece es la de Aries, visible desde el sur de Francia en las noches del 14 al 19 de junio de 1890, que es cuando se estima que se pintó el cuadro. Además, por esos días la luna estaba, como en la pintura, en cuarto menguante.
Hay muchas intrepretaciones posibles y para todos los gustos: en términos de regreso de Vincent a sus convicciones religiosas de juventud, o como sacralización de la naturaleza, que así queda deificada. Otros autores excluyen la interpretación religiosa sin negar que van Gogh pretenda expresar sentimientos relacionados lo eterno, lo cósmico.