sábado, 8 de diciembre de 2012

Alegría de vivir, Barbería del Sur


El infierno
de tu gloria
ha pasao por mi
ahora siento y pienso adentro
alegría de vivir

Alegría de vivir
cuando estás cerca de mi
ahora siento
y pienso adentro
lo que habrá dentro de mi
lo que habrá dentro de mi
lo que habra dentro de mi
Yo lo busco
y no la encuentro
mi manera de sentir
mi manera de sentir
mi manera de sentir
yo la busco y no la encuentro
mi alegría de vivir
y el infierno de tu gloria
ha pasao por mi
ahora siento y pienso adentro
alegría de vivir
lo que habrá dentro de mi
lo que habra dentro de mi
yo la busco y no la encuentro
mi manera de sentir
mi manera de sentir
mi manera de sentir
yo la busco y no la encuentro
mi alegría de vivir


Alegría de vivir, Matisse, y el Fauvismo


En la Alegría de vivir (Bonheur de vivre), Henri Matisse, uno de los grandes coloristas del siglo xx, pinta una escena donde integra figuras desnudas con el entorno paisajístico, por medio de una ordenación magistral de líneas sinuosas y ondulantes. En un ambiente campestre, rebo-
sante de erotismo, aparecen personajes masculinos y femeninos en distintas posturas: unos bailan, otros se abrazan, mientras que algunos conversan amigablemente. Esta audaz obra es una verdadera escena pastoral, que nos remite al delicioso espíritu de la Arcadia, a una nostálgica "Edad de Oro".
Matisse es aquí fiel a los temas idílicos arcádicos que predominaron desde el Renacimiento, con Gior-gione, pero que sobre todo nos enlaza con obras de Poussin y de Ingres. Su mirada, como la de sus contemporáneos, se volvió hacia ciertos aspectos de la tradición y a las culturas primitivas y exóticas a través de las cuales podía expresar la armónica belleza de un mundo calmado, sereno y sensual.
No obstante, el motivo de la obra lo vincula directamente con Paul Cézanne, que en la última etapa de su trayectoria pictórica, entre 1890-1894, abordó en diversas ocasiones el tema de las bañistas; aunque, en el caso de la Alegría de vivir, las posturas que adquieren los cuerpos rebosan de una gran sensualidad. Los ritmos curvilíneos, la simplificación de la línea, la importancia del color y la supresión de los detalles que aparecen en esta obra son rasgos preeminentes en la producción artística de Matisse.
Como fauve, el color es el protagonista de la obra. El punto de partida estaba en los colores de los pintores simbolistas, sobre todo de Gustave Moreau, pero usó la intensidad del color de los impresionistas y postimpresionistas para conseguir una mayor riqueza cromática y lumínica. Estos elementos los utilizó con fines simbólicos para así huir de la realidad y poder transmitir sensaciones.
Para Matisse todo cuadro había de estar regido por una "armonía", es decir un equilibrio entre los colores y las formas, las líneas y el cromatismo. La aplicación del color con pinceladas gruesas ayudaba a dar más expresividad sensual al ambiente.
El entusiasmo del artista por la pintura y el dibujo de desnudos parece haber adquirido su primer impulso importante en los estudios para la presente obra. Así, muchos de los tipos aparecidos aquí los desarrollará posteriormente en otras pinturas y esculturas. Es el caso de Desnudo azul, pintado a comienzos de 1907, que proviene de la figura central derecha de la Alegría de vivir.
La obra fue adquirida por Gertrude y Leo Stein, que durante muchos años fue bien conocida en la colección. Es posible que influyera en la realización de Las Señoritas de Aviñón, pues es seguro que Picasso la habría visto ya, fuera en el Salón de los Independientes, donde se expuso en 1906, o en la residencia de los mismos hermanos Stein.
Fechada en 1905-1906 y con unas medidas de 174 X 238 cm, Alegría de vivir se conserva en la Fundación Barnes, Merion, de Pensilvania, y es una de las pinturas de figuras y paisaje más delicadas de la producción del artista.

El fauvismo fue un movimiento pictórico francés de escasa duración. Se desarrolló entre 1904-1908 aproximadamente.
El Salón de Otoño de 1905 supuso la primera exhibición para el grupo. El crítico de arte Louis Vauxcelles tras contemplar las gamas cromáticas estridentes y agresivas de los trabajos expuestos les atribuyó el término "fauves", que en español significa fieras. El nombre asignado era en origen un calificativo peyorativo, como les sucedió a otros movimientos artísticos del S. XX, pero fue asumido por el público y posteriormente introducido en la historia del arte sin connotaciones despectivas.
El movimiento se fraguó en torno a Henri Matisse y sus integrantes fueron André Derain, Maurice de Vlaminick, Henri Manguin, Albert Marquet, Jean Puy y Emile Otón Friesz. En 1906 se unieron también George Braque y Raoul Dufy.
El Fauvismo no fue un movimiento conscientemente definido, careció de un manifiesto. Fue un mosaico de aportaciones en el que cada pintor acometía sus obras como una experiencia personal cargada de espontaneidad y de frescura. Les unió la actitud violenta con la que se enfrentaron a los convencionalismos de la época rechazando las reglas y los métodos racionales establecidos. Reaccionan contra el Impresionismo y contra la importancia que éstos habían dado a la luz a costa de la pérdida del color.
Los fauvistas creían que a través de los colores podían expresar sentimientos y este pensamiento condicionó su forma de pintar. No buscan la representación naturalista, sino realzar el valor del color en sí mismo. Por ello, rechazaron la paleta de tonos naturalistas empleada por los impresionistas a favor de los colores violentos para crear un mayor énfasis expresivo.
Emplearon una pincelada directa y vigorosa, con toques gruesos, sin mezclas, evitando matizar los colores. Las figuras resultan planas, lineales, encerradas en gruesas líneas de contorno. Sus creaciones respondían a un ejercicio de sintetización, buscan la máxima intensidad emocional combinada con la máxima simplificación de elementos. Por ello renuncian a la perspectiva clásica, al claroscuro y al modelado de los volúmenes. La luz tiende a desaparecer y con ella la profundidad. Sus temas son retratos, naturalezas muertas, personajes en interiores, paisajes hermosos.
Otra característica es el gusto por la estética de las estatuas y máscaras africanas. El arte de los pueblos primitivos no es imitativo, sino que plantea un evidente alejamiento de las formas naturalistas para tender a la esquematización.

Precedentes del Fauvismo
Para hablar de los orígenes tenemos que recordar a Van Gogh y a Gauguin, ya que ambos huyendo del impresionismo, tomaron una ejecución libre y personal, impulsiva y pasional, a la vez que apostaron por obras intensamente coloreadas.

Protagonistas del fauvismo
Henri Matisse (1869-1954)
Considerado el líder de los fauvistas, fue el único de ellos que no cambió su dirección. Intenta expresar sentimientos a través del uso del color y de la forma.
Su primera formación la realizó dentro de la tradición académica en el estudio de Gustave Moreau, siendo condiscípulo de Roault y Marquet. Realizó numerosas copias de los cuadros de los maestros clásicos a la vez que estudió el arte contemporáneo, sobre todo el de los impresionistas, comenzando su propia experimentación.




La verdadera liberación artística de Matisse, referida al uso del color como configurador de las formas y planos espaciales, se produjo bajo la influencia de Van Gogh y Gaugain. También adoptó la técnica puntillista de Signac, pero la modificó aplicando pinceladas más amplias. En "La habitación roja" que el llamó armonía en rojo. Se representa un comedor donde todos los elementos que forman la pintura se subordinan al color puro e intenso. Predomina el rojo, uno de los preferidos de Matisse, y se puede observar que utiliza el color de forma subjetiva (pelo naranja, copa de árbol blanca, vino amarillo...). El dibujo curvilineo se esquematiza y las formas se simplifican al máximo. No hay volumen. Son espacios planos, el espacio olvida la perspectiva totalmente (bidimensionalidad), llegando incluso a que la decoración y el color del mantel y la pared sea igual, hasta confundirse ya que prescinde de las diferencias de tonalidad, de sombras o claroscuro para el interior.
Se pone de manifiesto una característica peculiar de Matisse, que lo diferencia de otros pintores fauvistas, su gusto por la ornamentación que se pone de manifiesto en los arabescos.
La construcción con el color y la simplificación formal dominaban sus cuadros con gran audacia y seguridad. Matisse dibuja con el color, que es el que da entidad a la pintura pudiendo desempeñar el papel de dibujo, de perspectiva y de sombra de volúmenes. En su obra hay alegría, serenidad, es un arte amable, apacible, es un camino hacia la profundidad de sí mismo.
Recibió un reconocimiento internacional durante su vida ganándose la aprobación de los críticos de arte y de los coleccionistas. Uno de los encargos más importantes fue La música y La danza, donde volumen y ritmo se conjugan armoniosamente. Usa tres colores para imprimir movimiento a los bailarines que parecen flotar con ritmo.
André Derain (1880-1954)
La mayor parte de su producción de época fauvista son personajes campestres y urbanos, como Puente en Londres (1906) y muestran colores puros, a menudo aplicados sobre el lienzo directamente con el tubo, pinceladas irregulares y despreocupación por la perspectiva o por la representación realista.


Andre Derain. Fauvismo

Hacia 1908 comienza a experimentar con otros estilos. La influencia de Cézanne le lleva a un colorido más sosegado y a un mayor control en sus composiciones. En Las bañistas (1908) intenta combinar las innovaciones de los pintores anteriores, como Monet y Cézanne. Le influyó el cubismo produciendo obras geométricas como El puente viejo de Cagnes y el primitivismo de la escultura africana. Sus últimas obras, posteriores a 1912 mostrarán cada vez más la influencia de estilos diversos.
Maurice de Vlaminck (1876-1958)

Es el autor de paisajes dramáticos que se inspiran directamente el colorido y la pincelada de Van Gogh. Sus obras fauvistas producen brillantes contrastes cromáticos, como es el caso de Árboles rojos (1906).
La aparición del Fauvismo en Francia en 1905 fue paralela al expresionismo alemán, particularmente a los pintores del grupo Die Brücke. Ambos movimientos marcaron la aparición de lo emocional frente al estudio calculado y teórico de la realidad.
Hacia 1908 comienza a deshacerse el grupo de los fauves, cada uno de sus componentes seguirán caminos divergentes. A partir de ese año, el cubismo asumió la vanguardia, a la que pronto se inclinarán Braque y Derain principalmente.

El Ángulo Agudo (fragmento), Sofocleto


...La amistad sin límites no existe. Por el contrario. Son precisamente los límites que la inteligencia fija a la amistad, el factor esencial que la mantiene viva. No hay amistad sin respeto ni intimidad que violente los tabúes recónditos que todos llevamos dentro, llámense como se llamen: ideas, principios, recuerdos, esperanza, locura o fanatismo, si se quiere. No es posible ser amigo de don Quijote y reírse de Rocinante, como tampoco fraternizar son Sancho sin perdonar sus eructos. El amor se idealiza y muere, finalmente, estrellado contra la realidad, como un ICARO vencido por el sol. La amistad explosiona como una pompa de jabón si se le busca perfeccionar distorsionándola. El amigo es como es. Y, como tal, se le toma o se le deja, sin pretender modificarlo. Yo lo he visto en la cárcel. ¡Cuántos amigos no se han atrevido a visitarme en todos estos meses, por temor al gobierno, a la policía, a comprometerse… ¡que sé yo!. Pero es que son amigos en la medida de sus posibilidades. Ni héroes ni mártires, ni semidioses forjados en la mitología, sino seres humanos con los cuales nos une cualquier. La amistad profunda es un amor sin sexo, de igual manera que en el amor no existe la amistad sino pasiones cataclísmicas en la cumbre y un apocalipsis de rencor en el epílogo.

Brian Dettmer el Cirujano de Libros

Usando cuchillos, pinzas e instrumentos quirúrgicos, Dettmer talla una página a la vez. Nada dentro de las enciclopedias anticuadas, diarios médicos, libros de ilustración, o diccionarios es agregado o implantado, sólo removido cuidadosamente. Dettmer manipula las páginas para poder darle forma a sus esculturas. También dobla, tuerce, enrolla y apila múltiples libros para crear formas completamente originales y extravagantes.

"Mi trabajo es una colaboración entre el material existente y sus creadores, y los pedazos completados exponen las nuevas relaciones de los elementos internos del libro, ubicados exactamente en su lugar original" dice él.

Dettmer es originario de Chicago, donde estudió en la universidad de Columbia.

Antes de ser conocido como ‘El Cirujano de Libros’, Brian Dettmer —artista de profesión— se dedicaba principalmente a producir pinturas basadas en el lenguaje de señas, la clave Morse y el Braille. Posteriormente se enfocó en crear obras dónde pegaba diversas capas de periódico sobre tela.

Dettmer toma libros obsoletos, diccionarios y enciclopedias —que de otro modo acabarían en la basura—, les da un nuevo significado y la oportunidad de una segunda vida, al tallar sobre ellos impresionantes obras de arte con su propio contenido.
Actualmente vive y trabaja en Atlanta, EE.UU.

En el siguiente video el propio Dettmer explica su proceso de creación:
 
El trabajo comienza sellando los bordes del libro, creando un recipiente cerrado lleno de posibilidades aún por descubrir. Tras ello, hago un pequeño corte en la superficie de la portada y lo analizo meticulosamente antes de comenzar el tallado mediante cuchillos, pinzas y herramientas quirúrgicas de cada página. Tallo una página cada vez de forma que soy capaz de exponer las ideas e imágenes de interés.
Mi trabajo es una colaboración con el material existente y sus creadores del pasado. No uso material adicional, me baso en el libro y en la imágenes que han estado ahí desde un principio para exponer: ideas, historias alternativas y recuerdos.

 











Fuente:
gran-angular.net
culturizando.com




Minerales en tu móvil, y en tu PC, tu tablet, tu TV...


Mira a tu alrededor. Quizá no los conozcas, pero estás rodeado de ellos. En tu pantalla de plasma, en el disco duro de tu ordenador, en tu teléfono móvil, en el motor de tu coche diésel, en las nuevas bombillas de bajo consumo hay nuevos materiales, nuevos recursos que silenciosamente se han abierto un hueco en nuestras vidas y en los que se basan gran parte de las herramientas que usamos a diario. Diecisiete elementos conocidos como “tierras raras” que se han convertido en indispensables para una sociedad cada vez más dependiente de la tecnología.
El coste ecológico de la riqueza
Lantano, cerio, praseodimio, neodimio, promecio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio. Extraños nombres que a muchos no les sonarán de nada, pero que no obstante son ya el lenguaje en el que hablan los avances más punteros de nuestra vida.
Hoy en día son indispensables, y en muchos casos insustituibles, en el desarrollo y fabricación de tecnología móvil, equipos informáticos, coches eléctricos, instrumental láser, paneles fotovoltaicos, baterías recargables… La influencia que estas “tierras raras” ejercen sobre nuestra actual sociedad es ya imparable.
Pero no hay que dejarse engañar por su nombre. A pesar del exclusivo título de “raros”, algunos de ellos no son tan escasos como podría pensarse. En realidad, los problemas no vienen derivados de su abundancia, sino de la dificultad y coste de extracción. En la naturaleza, estos elementos se presentan en forma de óxidos e hidróxidos que hacen necesaria una altísima inversión y que, además, suponen un elevado desgaste ecológico. 
La exploración de tierras raras requiere altas dosis de capital que no siempre da los frutos deseados, y aun así, tras hallarlas, el país se ve obligado a asumir un enorme impacto ecológico. Los terrenos se erosionan, el agua resulta contaminada y las tierras de labranza terminan siendo inservibles. A estas grandes desventajas hay que sumar también las emisiones de gases y residuos tóxicos derivados de la extracción. Por cada tonelada de tierras raras que se extrae del suelo se producen alrededor de 12.000 metros cúbicos de residuos que contienen compuestos altamente tóxicos, como el ácido fluorhídrico, el dióxido de azufre y el ácido sulfúrico. Es un precio que muy pocos están dispuestos a pagar.
Un monopolio de facto
El panorama actual es desconcertante. China cuenta con un tercio de las reservas de tierras raras existentes en el planeta; sin embargo, es responsable del 96% del suministro mundial de estos materiales. En este punto, y para entender con más exactitud la situación, simplemente repasemos algunas referencias cotidianas de nuestra relación y dependencia de estos elementos que tan extraños nos resultan en primera instancia.
El color rojo de tu televisión se obtiene mediante un compuesto procedente del itrio. La piedra de tu mechero utiliza una aleación de lantano que también es necesaria para la fabricación de vidrios más resistentes. Unido al hierro, el cerio se utiliza para pulir lentes que después usarás en gafas y cámaras. Con neodimio se obtienen rubíes sintéticos, utilizados en multitud de tecnologías láser. El estado actual de dependencia tecnológica se puede resumir en un último ejemplo: las lámparas fluorescentes, el monitor de tu ordenador y tu smartphone se fabrican utilizando europio, un elemento para el que aún no se conoce ningún sustituto posible y cuya producción mundial está controlada por China en un 99,9%.
China se ha convertido en algo similar al planeta Arrakis (el mundo de ficción creado por el escritor Frank Herbert en la mítica novela Dune, y en el que se obtenía una valiosísima especia, imprescindible para la superviviencia del universo) desde el que se controla la extracción del mineral vital para la tecnología que controla nuestro mundo actual. Y es una dependencia que aumenta cada minuto que pasa. La demanda mundial de tierras raras ha pasado en la última década de 40.000 a 140.000 toneladas anuales, y sigue creciendo a un ritmo del 10% anual.
Historia de una mala decisión
Nuevamente se presenta ante nosotros un escenario dividido en dos bloques diferenciados: quienes necesitan estos elementos para el desarrollo y aplicación de las nuevas tecnologías, y quienes los extraen y controlan. Si sabemos, además, que el segundo bloque es hoy por hoy un monopolio dominado por la siempre polémica y conflictiva República China… Parece más que probable que tenemos a nuestras puertas un futuro conflictivo cuyo alcance nadie es capaz de prever. Sin embargo, esto no siempre fue así. 
Desde principios de la década de 1960 hasta mediados de la década de los ochenta, Estados Unidos, que posee destacadas reservas en lugares como el desierto de Mojave, era el principal extractor y productor de tierras raras, y mantenía importantes minas como la de Mountain Pass, en California.
Existían indicios de la importancia futura de estos recursos, pero la revolución tecnológica aún no había mostrado su verdadera importancia. El grave desgaste ecológico que conllevaba mantener este tipo de minería, unido a la apuesta por un tipo de economía más virtual que real, terminaron convenciendo a los inversores y al Gobierno, que, en apenas unos años, miraron hacia otro lado y acabaron con la extracción de tierras raras.
Eran los años dorados para los tiburones de la Bolsa. En el parqué de Wall Street, brokers y especuladores de los años ochenta vieron cómo sus bolsillos se llenaban rápidamente con el mercado de valores y productos bursátiles, aparcando la farragosa y contaminante minería de tierras raras. 
Pensaron que la demanda de estos minerales estaba completamente cubierta y no previeron un aumento de su consumo a corto plazo. Las consecuencias de aquella decisión son visibles hoy en día, y con gran probabilidad aún serán más claras en unas décadas.
Pero en el otro lado del mundo estaba ocurriendo justo lo contrario. 
Mientras Estados Unidos estaba más preocupado por los recursos bursátiles, China se aprestaba a ocupar el vacío dejado por los americanos y se dedicaba a elaborar un detallado plan para su futuro en el que se incluía un Ministerio de Industria y Tecnología Informática.
En apenas unos años, llevados en volandas por el tsunami de nuevas tecnologías de los años noventa, el gigante asiático se convirtió en el líder de las exportaciones de estos materiales. 
La sartén había dado la vuelta hasta tal punto de que en 1992 el presidente chino, Deng Xiaoping, sabedor de que habían apostado a caballo ganador, podía afirmar orgulloso: “Oriente Medio tiene petróleo. Nosotros tenemos tierra raras”. En Occidente fueron muchos los que se lamentaron por no haber alcanzado a tener una visión estratégica tan buena.
Control de recursos y poder
Controlar el 96% del abastecimiento mundial de estos preciados elementos ha colocado a China en una inmejorable situación de cara a la carrera tecnológica que se avecina en los próximos años. Una ventaja económica que tiene implicaciones globales en casi cualquier ámbito imaginable.
A finales de 2011, y en el marco de los conflictos por aguas jurisdiccionales en el mar del Sur entre Japón y China, los japoneses capturaron y arrestaron al capitán de un buque chino. El Gobierno de Pekín respondió de manera contundente suspendiendo las exportaciones de tierras raras a Japón. 
Si se tiene en cuenta que solamente la empresa nipona Toyota ya necesita anualmente 10.000 toneladas de tierras raras exclusivamente para la fabricación de las baterías de sus coches híbridos, la decisión del Gobierno japonés fue inmediata: se apresuró a dejar en libertad al capitán chino. El gigante asiático lleva años jugando muy bien sus cartas. El control de los recursos mineros de las tierras raras y el aumento de la necesidad por parte de los países que desarrollan nuevas tecnologías basadas en ellas han colocado a la descomunal potencia oriental en un lugar privilegiado desde el que ejercer presión en todo tipo de ámbitos, desde el económico al político.
Mediante el aumento y el descenso de la cuota de exportaciones que anualmente permite el Gobierno de Pekín, China ha convertido las tierras raras en un eficaz método de presión política. Un arma de doble filo que le permite controlar el mercado tecnológico desde su base, pero que también le está acarreando continuos enfrentamientos con las principales potencias del mundo.
A Estados Unidos le ha costado casi dos décadas reconocer su error, pero ante el creciente peso de China en el ámbito mundial y el aumento en la demanda de recursos derivados de la minería de tierras raras, en el año 2010 el Congreso norteamericano comenzó a estudiar la vuelta a los recursos críticos con una Ley para la Revitalización de las Tierras Raras. 
El proyecto todavía se está evaluando, pero aunque se iniciase ahora, a Estados Unidos le costaría más de diez años alcanzar resultados realmente competitivos frente a las minas chinas.
El futuro se nos ha echado encima y las modernas tecnologías han cambiado nuestra forma de vivir, de comunicarnos, de desplazarnos… El papel de las tierras raras será fundamental para comprender todos los complejos movimientos políticos, estratégicos, económicos y sociales de los años que están por venir.



Fuente: quo.es